sábado, 14 de mayo de 2011
Informacion sobre armas V (cetme\G-3)
Cuando el Ejército Español recibió el fusil CETME, en 1957, sus creadores creían haber logrado una de las mejores armas del mundo por su diseño y potencia de fuego. Su empleo en 30 naciones y medio siglo de servicio les dio la razón. Cerca de medio siglo al servicio del Ejército español y su empleo por más de 30 naciones han hecho del fusil de asalto CETME una leyenda. Diseñado a finales de los años cuarenta, en poco tiempo se convirtió en un fusil de asalto de fama mundial. A ello contribuyó su precisión, resistencia y facilidad de uso. Ahora, cincuenta años después de llegar a las filas del Ejército español, está siendo relevado por el fusil de asalto alemán G-36, fabricado por la firma alemana Heckler & Koch, la misma empresa que hizo el CETME para Alemania y le distribuyó por todo el mundo bajo el nombre de G-3.
La historia del CETME se remonta a finales de la I Guerra Mundial, cuando Alemania queda sometida al Tratado de Versalles, una de cuyas cláusulas le prohibía la fabricación y uso de armas de determinado calibre. A pesar de ello, se plantearon cuáles eran las características que debería reunir el fusil del soldado del futuro. Una de las conclusiones fue que se iba a necesitar un "arma de infantería de aplicaciones varias", lo que implica que el soldado debe poder hacer fuego automático con su arma individual. Los resultados de sus investigaciones no aparecen hasta la II Guerra Mundial, y son denominados Maschinencarabinen y Maschinenpistolen, de los que se fabricaron varias versiones. Finalmente, aparece el sturmgewehr, palabra que puede traducirse como "fusil de asalto", denominación que ha permanecido para este tipo de armas.
CETME A
Finalizada la II Guerra Mundial, termina también la época del fusil de repetición. Surge la necesidad de un arma nueva, con mayor potencia de fuego y rapidez de tiro. Así, a finales de los cuarenta, el Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales (CETME), organismo creado el 17 de diciembre de 1949, dependiente del Alto Estado Mayor del Ejército y del Instituto Nacional de Industria, asume las misiones de investigación y desarrollo de nuevos materiales para uso de las Fuerzas Armadas españolas. Poco después, en 1950, el Alto Estado Mayor encarga al Centro diseñar y desarrollar un fusil automático individual que tenga un alcance eficaz de 1.000 metros y un retroceso reducido. Un equipo de ingenieros españoles se encarga de la tarea. Entre ellos destacan Ignacio del Riego y Luis Wilhelmi, incorporándose después el ingeniero alemán Ludwing Vorgrimmel, que trabajó para la casa Mauser en el desarrollo del fusil STG-45M.
Se parte de la idea de fabricar un fusil análogo al MP-44 alemán, con un alcance de unos 800 metros, que pudiera disparar tiro a tiro y en ráfagas. Debía pesar menos de cuatro kilos, medir un metro de longitud, ser alimentado por cargadores de 30 cartuchos y cumplir una serie de datos técnicos, mecánicos y balísticos. El primer problema que se planteaba era el de conseguir un cartucho adecuado. El proyectil debía tener la trayectoria rasante y su precisión debía ser buena a 800 metros. El resultado de las investigaciones fue un magnífico cartucho, bautizado como "cartucho 7,92x41 CETME CA 001", que por su forma, dimensiones y características significaba una revolución respecto a otros modelos. La bala, de aluminio recubierto de latón, tenía el perfil muy alargado y su perfecto reparto de masas y volúmenes le conferían un vuelo excelente y una penetración limpia.
Hasta otra ;)
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